San José, el origen de un barrio montemolinero

marzo 19, 2023 0 Por Javier

SAN JOSÉ ORIGEN DE UN BARRIO MONTEMOLINERO

Hoy en la onomástica de San José quisiera recordar cuál es el origen de dicho barrio y de su íntima relación con Montemolín, espacio del que formaba parte hasta su nueva identidad en los años cincuenta del siglo pasado.

Es importante saber que un barrio no es una división administrativa, es un espacio de identidad y de pertenencia que forma parte de la convivencia de sus vecinos. Zaragoza tiene barrios históricos fruto de su Historia medieval, (Arrabal, del Gancho, etc… marcado por sus viejas parroquias), pero con la eclosión de la industrialización de mediados del XIX nuestra ciudad se nutre de barrios obreros periféricos que conformarán la actual ciudad.

Montemolín fue de los primeros que nacieron por esta razón ya desde mediados del siglo XIX, (documentado desde 1866 con un parador), sin embargo, la creación de los distritos de las Fuentes y San José en los años 80 del siglo XX, en donde se parte el barrio en dos distritos hace que haya que recordar que la pertenencia e identidad no se corta con una línea administrativa arbitraria.

El nombre de San José se debe al convento fundado en 1594 de los Carmelitas Descalzos cuya iglesia tenía la advocación a San José. Desde su fundación se dirigió a la formación de los futuros religiosos de la orden cuyo colegio se le llamó de la Santísima Trinidad, en su interior los monjes alternaban la oración con el trabajo en el campo y con un pequeño taller de tejidos.

Estaba situado a las afueras de la ciudad, en un puente que cruzaba la Huerva, a la salida de la llamada Puerta Quemada (poco más debajo de la calle heroísmo). Exactamente en un antiguo paseo casi paralelo al río Huerva, llamado del Carmen (hoy desaparecido totalmente), que cruzaba con la salida del camino del Bajo Aragón (detrás del antiguo Canódromo) que llevaba directamente al actual Miguel Servet.

Nadie hacía presagiar el duro destino de este lugar de trabajo, formación y religiosidad, ricamente decorado y que albergaba importantes tesoros artísticos en su interior, (tenemos documentación sobre cómo era), fue destrozado literalmente por las tropas napoleónicas en 1808, durante el comienzo del segundo sitio de Zaragoza.

Convertido en un reducto o fortín que defendía el acceso por el puente de la Puerta quemada, fue arrasado por la artillería y tomado al asalto por los invasores en donde perecieron la mayoría de sus protectores, (fuentes citan que casi dos mil defensores murieron en su interior), tras su toma, las tropas de ocupación prendieron fuego a todos los edificios que se mantenían en pie, (previamente su paseo arbolado hacia el camino del Bajo Aragón y los campos de olivos que le rodeaban, fueron talados por los defensores dejando un camino desnudo de fácil defensa).

En 1814, tras la guerra se plantea su reconstrucción, pero una Zaragoza exhausta levanta unos edificios y una iglesia que nada tenía que ver con su glorioso pasado, tardaron varios años en recuperar parte de sus construcciones (1832), pero simplemente era un complejo con apenas 15 frailes que lo habitaban. Tras la desamortización de Mendizabal en 1835, los edificios pasaron a la titularidad del Estado, siendo un cuartel de tropas y caballería durante la guerra carlista atentos a la zona del Bajo Aragón, o posteriormente, un lugar de almacenamiento de víveres del ejército, un importante horno de pan que también abastecía a la ciudad, y un pequeño presidio militar.

Conforme pasaron los años el penal asumió la actividad del emplazamiento, nada quedó de su pasado conventual, la iglesia se adaptó a su nueva función, y en 1908, con motivo del centenario de los Sitios, la cárcel de San José salió a la calle Predicadores y el lugar se convirtió en un cuartel hasta 1971, que fue asumido por el Ayuntamiento que lo derruyó completamente, creando un parque en el entorno del Huerva y edificando nuevas calles que llegarían al Camino de las Torres y a Miguel Servet.

Desde mediados del siglo XIX, las torres y casas abastecidas por el canal van adentrándose a la cercana ciudad (camino de las Torres) y al camino del Bajo Aragón, pero el crecimiento de la ciudad (zaragoza llegará a los 100.000h en los censos de principios del XIX), hacen que se rompa el corsé urbanístico del río Huerva y que poco a poco, como una mancha de aceite, las calles empiecen a extenderse por Montemolín.

Curiosamente el término de riegos es Miraflores pero la residencia de los vecinos de torres y nuevas calles aparecen como Montemolín: (parador, fábricas, viveros, colegio rural de Montemolín, La Salle Montemolín), y como se refleja en las actuaciones de la “policía rural de Montemolín”, ya desde 1878).

Dentro de las zonas de desarrollo nuestro barrio, favorecidas por la estación de Capa, del Matadero o la Granja, los núcleos urbanos se asientan en el poco espacio que quedaba en los aledaños de Miguel Servet, y en los caminos de la acequia de las Fuentes, y del viejo camino que llegaba al presidio de San José. De ahí su nombre, San José es un camino interior de Montemolín que subía a Torrero recorriendo, fabricas, campos y cercados prácticamente sin habitar (alguna casa y asilo) hasta prácticamente la Guerra Civil.

Tenemos testimonio de ese pasado común con San José documentado en los nombres del actual barrio, entre otros, en las casas baratas de Montemolín de José Galay, Colegio Patronato Montemolín “Agustín Gericó”, Viveros de Montemolín, Hermanitas de los pobres, Urbanización Comín, incluso en los terrenos de la Parroquia de San Agustín, e infinidad de fabricas que tienen como referencia el camino de San José, entre paréntesis, Montemolín.

Un barrio lo hacen sus vecinos y su conciencia, la creación de las líneas de Tranvía por el camino de San José y muchas calles que se construyen tras la guerra en su entorno, hicieron que se creara un nuevo sentimiento y pertenencia a un nuevo barrio cuyos habitantes se concienciaron de pertenecer a San José, no a Montemolín. No obstante, las zonas limítrofes han supuesto una confusión de sus habitantes que conforme pasaron los años se identificaban con uno u otro barrio (Privilegio de la Unión hasta Cartagena), Granja experimental, Camino alto de Cascajares, estación de Miraflores, han estado en muchas de las actuaciones que sus vecinos han trabajado para conseguir una Zaragoza mejor, sean cual sean su identidad.

Un saludo montemolinero a nuestros vecinos de San José.

Josi Sauca. AV Larrinaga de Montemolin