D.MARIANO BLASCO GIMENO

noviembre 24, 2024 0 Por Javier

MONTEMOLÍN ES ALGO MÁS QUE EDIFICIOS, CALLES Y CAMPOS
SOLAMENTE CUMPLIR CON EL RECONOCIMIENTO DEL FARMACEÚTICO DE MONTEMOLIN D.
MARIANO BLASCO GIMENO.
Muchos son los elementos que nos definen como barrio. Montemolín está lleno de preciosos
monumentos, caminos y campos, servicios municipales compartidos y zonas verdes que lo hacen un
lugar donde se respira una buena calidad de vida que, aunque mejorable en especial la zona de
nuestras torres, hemos de reconocer que no está mal, comparada con otras zonas de la ciudad bastante
colapsadas y también abandonadas.
Esta situación no nos ha venido gratuitamente, es el resultado del compromiso de muchas personas que
de una u otra manera han trabajado para sus familias y vecinos haciendo un Montemolín mejor. Se nos
ha criticado con la excusa que actualmente somos un barrio moderno y “rico” y que nuestro entorno
apenas sufre deficiencias, incluso dejándonos intuir de cierta insolidaridad.
Es fácil hablar en pleno siglo XXI de un barrio confortable y con problemas limitados, pero Montemolín
ha soportado los servicios de la ciudad casi desde su nacimiento, muchas casas y pisos hoy modernos,
son el resultado de innumerables espacios de antiguas infraestructuras o fábricas que contaminaron y
cercioraron nuestro urbanismo y desarrollo. Por último, fueron los vecinos, y solo los vecinos, que con
sus dineros pagaron los nuevos pisos que ofrecían los promotores desde los años 70 del siglo pasado,
estas viviendas fueron construidas sobre los solares de viejos edificios que estaban obsoletos,
denostados y alguno casi en ruina. No llegó ninguna ayuda pública para ellos, les tocó pagarlos sin
recibir desde la ciudad o gobiernos nada de nada, ahora, se reclaman ayudas para las calles y casas
envejecidas de aquellos barrios que, cuando Montemolín languidecía, nadie a partir del desarrollismo de
los años 60 se preocupaba por sus vecinos.
Esto viene a cuento de aquellos montemolineros que con su esfuerzo y compromiso mejoraron poco a
poco la calidad de nuestro barrio cuando, incluso de nuestra ciudad: innumerables sindicalistas (como
Chamorro o Gómez), empresarios (Blanchart), vecinos como Angel Martínez, por citar alguno,
desarrollaron nuestro barrio y atendieron a los vecinos cuando no era importante para las instituciones y
gobiernos realizar esta labor.
Desde la renovación de la Asociación Vecinal Larrinaga-Montemolín, ya va para seis años, una de las
primeras actuaciones que se identificaran espacios del barrio con los nombres de aquellos que forjaron
su última identidad, propusimos nombres para calles del barrio, y no nos hicieron mucho caso a pesar
de nuestra insistencia.
Uno de ellos fue D. Mariano Blasco Gimeno. Para conocer su trayectoria en el barrio me remito al “in
memoriam” que escribí cuando falleció allá por el 2018:
https://www.facebook.com/groups/430948330271943/search/?q=Mariano%20Blasco%20Gimeno
Tras tres intentos por parte de la Asociación de que se reconociera una calle, junto con otras
instituciones del barrio con el mismo objetivo, por fin a una de ellas, en el “Patronato Cheso”, se recibió
la noticia que se había concedido lo solicitado, eso sí, al no haber calles o una glorieta, estaría en unos
jardines de la plaza que se encuentran entre Miguel Servet, Hermano Adolfo, Camino Cabaldós y los
pisos que albergan la entrada del centro comercial.
En espera de alguna actuación municipal que dignificara este nombramiento: un monolito, un busto, un
parterre, o un jardín que rompiera la dureza de un lugar embaldosado y frío, nos encontramos que se
nos despacha, primero sin avisar a nadie para homenajearle como se merecía, y segundo colocando en
una triste farola central que sostiene una papelera, una pobre placa que le da el nombre.
Una persona como Mariano Blasco Gimeno se merece algo más digno de una ciudad por la que tanto
hizo, desde la Asociación de vecinos esperamos que el ayuntamiento responda a nuestra solicitud para
que su recuerdo no sea una simple farola en un barrio por el que tanto bien hizo a sus vecinos. No
queremos olvidar la memoria de aquellos que con su esfuerzo transformaron aquel barrio lleno de
necesidades y ayudaron a sus vecinos, de una manera desinteresada, con el único propósito de hacer el
bien, no solo se lo merece este farmacéutico, es la dignidad de Montemolín que parece que se sigue
menospreciando y lo que es peor ninguneando. Seguiremos recordando al ayuntamiento de Zaragoza
que Montemolín existe, tanto por sus calles y caminos como por sus vecinos, especialmente los que nos
han dado nuestra identidad.

José Ignacio Sauca Modrego
AAVV Larrinaga-Montemolín