VALORES DE BARRIO I
Valores de barrio (I)

José Antonio PradesEscritor
12/feb/25 – 08:59
Quizá a leyentes de esta columna le puedan parecer reiterativas mis referencias al barrio de Montemolín. Tengo que aclarar que el compromiso al iniciar esta colaboración fue divulgar la existencia de mi barrio, lo que quizá pueda considerarse tedioso, pero es que se encarna en lo que en el primer artículo denominé la necesidad espiritual de abrazar una causa. Pido perdón, si así procede. Y aunque la cosa pueda parecer muy elevada, si lo bajamos a lo terrenal, resulta que nos encontramos con los “algoritmos”, quienes (así, con personalidad contundente) dirigen la vida desde atrás con una insistencia casi siempre resolutiva. O sea, que cuanto más aparezca un término, mayor se presupondrá su aplicación, uso o existencia.
Hablaremos hoy de los valores de barrio, así en general, para hacerlo en particular en el próximo artículo, cuyo título será el mismo con el número romano II, que espero entiendan todos (el número), incluso los chavales que ahora están en Secundaria.
Los territorios se delimitan con las fronteras. En tiempos remotos, nos enseñaban en el colegio Geografía con los mapas físicos y los mapas políticos. Aquellos marcaban los accidentes propios que contenía un territorio; y estos, la división territorial según demarcaciones definidas por un poder político.
Tuve un profesor anarquista que siempre ponía muy mala cara cuando explicaba los mapas políticos, sobre todo el de España. Y es que las fronteras deberían estar prohibidas, así decidido en algún código de ética o derecho natural, porque solo sirven para que unos directivos macarras se pongan al servicio de unos directivos sibilinos que los empujan a enfrentamientos bélicos, intelectuales o comerciales para dejar constancia de que nunca nadie puede ganar, salvo ellos mismos, los sibilinos digo, aunque no lo digan.
Pero lo cierto es que los territorios muestran diferencias que devienen en unos valores, también distintos, entre los pueblos y sus relaciones internas y externas. Uno de los territorios definidos por la sociedad es el de barrio, así que hay evidencia casi de silogismo sobre la existencia de los valores de barrio. Y pueden ser, sin deseo de ser exhaustivo, culturales, sociales y económicos. Los valores culturales nacen de las propias actividades de los habitantes que generan poso y constancia, como las creencias, comportamientos y actitudes; el arte va ligado a la cultura, como su principal forma de expresión. Los valores sociales llevan la impronta de la ética, por la cual marcan cómo se relacionan sus gentes, si por competencia o colaboración, si por solidaridad o egoísmo, si por miedo o por amor; la hospitalidad, por ejemplo, me parece un gran valor social. Y los valores económicos, que trascienden los conceptos de precio o dinero, significan la predisposición para generar recursos que satisfagan necesidades del primer nivel de la pirámide.
Son importantes estos valores para definir la existencia e importancia de un territorio, de un barrio. Luego cuento los de Montemolín.