VALORES DE BARRIO III

marzo 9, 2025 0 Por Javier

Opinión

Valores de barrio (III)

José Antonio Prades

José Antonio PradesEscritor

25/feb/25 – 09:02

El devenir humano forja aspectos relacionales que se reflejan en la cultura.  Cada colectivo presenta diferencias, cuyo conocimiento más allá de su entorno (algunos hablan de fronteras), puede nutrir o desmontar lo descubierto, conocido o tratado en el poblado adyacente.  Por eso son importantes dos cuestiones: que haya fijación de cultura y que se difunda.

La cultura no se crea con un hechizo o un relámpago, es fruto de un cocinado a fuego lento que crepita sobre la llama colectiva.  En Montemolín, sucede desde la mitad del siglo XIX, en plena transición del Romanticismo al Realismo, hasta nuestros días, con ejemplos contundentes como voy a enumerar.  Pueden clasificarse por órdenes artísticos, que incluyen música, danza, arquitectura, pintura, teatro, cine y literatura, con incursiones en el periodismo y en el deporte.

En música, los orígenes de Enrique Bunbury se anclan en el barrio; presentamos en 2023 unas coplas joteras compuestas por el poeta Cándido Blas; y por la calle Belchite sonaban grupos rockeros como Analjomax.  Además, Mikrópera está dirigido por Zelia Lanaspa, soprano montemolinera. En danza, nos sentimos orgullosos de haber sido testigos de los primeros años de Víctor Ullate, el bailarín más universal que ha dado nuestro país y por fin así reconocido. Probablemente, seamos el barrio periférico que más edificios destacados alberga: el recinto del antiguo Matadero Municipal, las escuelas de Montemolín (primigenio colegio Tomás Alvira), el edificio de Miguel Servet 61, la estación de Utrillas, Torre Ramona, los restos de Giesa (lamentablemente derruidas varias naves que representaban inusitados avances en construcción industrial), el soberbio palacio de Larrinaga, la casa de Gil Marcilla (Torre Luna), el cementerio de La Cartuja… y aquellos que desaparecieron, como el colegio de La Salle, el frontón Zaragozano, Talleres Diésel, la Granja Experimental o el inmenso Silo de la carretera de Castellón. Hemos dado cuna a los hermanos Pasamón, Mónica y Andrés, pintores de reconocido prestigio en la ciudad.  En teatro, acogemos a nuestros Kini y Serrucho, con Jano y Silvota, que llenan Producciones Kinser de sonrisas y alegría. Y en literatura, acogimos a Santiago Lorén en las viviendas del Matadero, dimos escenario a novelas de Fernando Lalana con José María Almárcegui (montemolinero militante), Giménez Corbatón y Gabriel García Badell.  Además hoy resuenan en el panorama literario Olga Bernad, Jesús Soria, Rodolfo Notivol, Alfredo Moreno, Jordi Siracusa, Carlos Marco, así como José María de Teresa, científico, y Román Abadía, tecnólogo, que han completado su profesión con incursiones en novela. Nuestro periodista fue Martín de Urrea (Manuel Martín Moros), nuestra guionista, Maite Navales, y nuestro futbolista, Pablo Alfaro.  También alojamos en el barrio a Dyanmus 69, el primer equipo de balonmano de alto nivel de la ciudad, con algún jugador del barrio. Y por poco, casi nos toca la nueva Romareda.

Cultura montemolinera, así es